que realmente les gustara. Se desvivían por lo novedoso. Y como habían hecho tan mal uso de las palabras, el Señor les prohibió que usaran la frase “carga de Jehová”. Las exigencias constantes de nuevas revelaciones animaban cada vez más a los falsos profetas a pronunciar una sarta de nuevas “palabras” del Señor. Pero con estas nuevas “palabras” lo que hacían era ensombrecer la verdadera palabra que el Señor ya había entregado, y debilitaban su verdad. Habían distorsionado la palabra del Señor. Al
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